De todos es conocido los beneficios de los árboles.
Aprovechando su madera desde hace miles de años por el hombre, de él se extrae la celulosa para el papel y además proporciona otros materiales naturales como el corcho, las resinas y el caucho.
Suecia fue el primer país del mundo en instituir un día del año como “Día del árbol”.
Esto ocurrió en 1840 cuando se había tomado conciencia de la importancia que tienen los recursos forestales y del cuidado que se debía brindar a los árboles.
El árbol un verdadero sumidero de carbono
Los árboles son los verdaderos pulmones del planeta, absorbiendo ingentes cantidades de CO2 y produciendo oxígeno.
Por lo tanto, juegan un papel muy importante en la lucha contra el Calentamiento Global.
Los bosques son un gran almacén de carbono, se calcula que acumulan unos 289 gigatoneladas de carbono.
Siete países albergan más del 60% de la superficie forestal mundial
Los árboles ocupan grandes extensiones en el planeta alcanzando el 28,5% de las tierras emergidas, excluyendo la Antártida y Groenlandia.
La mitad de los bosques están en los trópicos y el resto, en las zonas templadas y boreales.
Siete países albergan más del 60% de la superficie forestal mundial: Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos, China, Indonesia y República Democrática del Congo.
Por continentes, Europa y América del Sur son los que mayo superficie forestal contienen, seguidos de América del Norte y África.
La Salud de nuestros bosques está en peligro
Los árboles están desapareciendo en un proceso de deforestación sin precedentes.
Según la FAO, la tasa mundial de deforestación y pérdidas por causas naturales entre 1990 y 2000 fue de 16 millones de hectáreas anuales.
La mayor deforestación se está produciendo en Sudamérica (4 millones de hectáreas) y en África con 3,4 millones de hectáreas.
Los bosques están en peligro, se calcula que un tercio de los bosques del mundo han desaparecido debido a la deforestación, debido sobre todo a la alteración del hombre, pero también por clima y la meteorología.
Fenómenos meteorológicos como las sequías, corrimientos de tierra, especies invasoras, ataques de insectos y brotes de enfermedades y fenómenos meteorológicos tales como huracanes, vendavales y granizadas influyen en la salud de nuestros bosques.
El Cambio Climático, el gran enemigo de los bosques
El cambio climático está afectando a los los bosques debido a las alteraciones en el clima.
Estas alteraciones provocan un aumento en la acumulación de combustible en los bosques, que las temporadas de incendios sean más largas y que se produzca una mayor ocurrencia de condiciones meteorológicas extremas y el aumento de la frecuencia e intensidad de los incendios forestales.
Además, los cambios en el clima también modificarán la dinámica de las alteraciones generadas por los insectos y los patógenos forestales nativos, además de facilitar el establecimiento y propagación de especies de plagas introducidas.
Tales transformaciones en la dinámica de las alteraciones, sumadas al impacto directo del cambio climático en los árboles y en los ecosistemas forestales, pueden tener efectos negativos y aumentar la vulnerabilidad de los bosques frente a otras alteraciones.
Agricultura Intensiva y los Biocombustibles
Se calcula que un tercio de los bosques del mundo han desaparecido, debido en parte a a la sobreexplotación del terreno con la introducción de la agricultura intensiva de mega cultivos como la soja o de aceite de palma.
Estos cultivos están devastando millones de hectáreas de árboles en todo el mundo.
Las selvas tropicales de Brasil e Indonesia son los principales perjudicados.
La decisión del algunos países de fomentar el uso de biocombustibles a partir de mega cultivos de maíz, sorgo, palma, en un principio parece una idea adecuada porque sustituyes combustibles de origen fósil, como la gasolina, por biocombustibles de origen vegetal para reducir las emisiones, pero existen probadas evidencias de que los efectos secundarios de dichas políticas son muy negativas.
Además, el hombre efectúa talas intensivas para hacer sitio a otro tipo de cultivo que da un rendimiento económico mayor a corto plazo, por ejemplo, para abrir pastos para la ganadería o para el cultivo de grandes extensiones de soja.
Las consecuencias negativas son: la pérdida de hábitats para diversas especies animales y vegetales, la erosión, al dejar el terreno libre a la acción desecante del viento y la libre circulación de las aguas, lo que provoca que se pierda la capa fértil de suelo y ocasiona que el terreno se vaya desertificando.
Vía Conciencia Eco