Albert y Karina tienen dos pasiones: la familia y ver mundo.

En 2012, cuando sus hijos Bernat y Abril tenían 5 y 3 años, decidieron no renunciar a ninguna de las dos y empezar un viaje que duraría 550 días.

Ha pasado un año y medio y las experiencias que ha acumulado la familia son muchas.

Y muy pronto se podrán leer en papel.

El dinero recaudado gracias a la venta del libro lo donarán a la ONG Angkor Hospital for Children de Siem Reap, Cambodja.

Aquí podéis leer una pequeña entrevista sobre sus vivencias.

¿Por qué queréis entregar los beneficios del libro a esta organización en concreto?

Queríamos dar el dinero a un sitio en el que hubiésemos estado y que significara algo para nosotros.

En Siem Reap coincidimos con un médico de EUA que trabajaba gratuitamente en este hospital y, a través de él, pudimos visitar el hospital.

Está fundado por una ONG y se dedica sólo a niños, especialmente de zonas rurales.

Los atienden gratuitamente. Cada día salvan vidas.

A parte de hospitales, también habéis visitado escuelas.

Nuestra idea era visitar escuelas y hablar con los directores y profesores, ver qué hacen, qué recursos tienen, etc.

Siempre nos recibieron con los brazos abiertos.

Vimos muchas diferencias a nivel educativo.

¿Cómo lo han hecho Bernat y Abril para no perder un curso escolar?

Queríamos que al regresar pudiesen seguir con la clase en la que estaban.

Si los profesores nos hubiesen dicho que perderían un año, no habríamos hecho el viaje.

La escuela nos ha ayudado mucho.

Antes de irnos, nos dijeron qué tenía que saber un niño de 1º de primaria.

Bernat ha aprendido a sumar en la arena de la playa, a multiplicar haciendo trekkings…

No hacíamos clase cada día, sólo cuando podíamos, pero 24 horas juntos dan para mucho.

Además también hicimos algunos skypes con su clase.

Y vosotros, cómo tomasteis la decisión de hacer este viaje?

Cuando viajábamos y encontrábamos gente que hacía un viaje muy largo pensábamos: ojalá lo pudiésemos hacer.

Ahora los niños ya tenían una edad, teníamos salud y unos pequeños ahorros para poderlo hacer.

Y en vez de comprarnos un coche nuevo decidimos invertir este dinero en experiencias y conocer mundo.

Ha sido una experiencia para disfrutar de la familia viajando y disfrutar del viaje en familia.

Vía Xarxanet