¿Y que mejor forma de hacerlo que en una salida en el pueblo de Villasur de Herreros!
Todo empezó a las 10 de la mañana en la base.
Con nuestras mochilas y muchas ganas de pasarlo bien, nos despedimos de nuestros papás y enseguida llegamos a Villasur.
Nada más llegar aprendimos algunas nociones de orientación e hicimos una pequeña marcha en la que llegaríamos hasta el embalse de Úzquiza.
Para volver tuvimos que utilizar nuestros nuevos conocimientos y así llegar hasta el lugar donde, por la noche, iba a tener lugar la Roca del Consejo siguiendo algunas pistas y rumbos.
Después del tiempo libre jugamos por todo el pueblo y, con las seisenas ya repartidas, empezamos a conocer un poco más a los que más tarde serían los nuevos miembros de nuestra Manada.
Cogimos fuerzas con la merienda y nos pusimos nuestras camisas de Lobato para ir a la Roca del Consejo.
Sin embargo, los nuevos Lobatos se adentraron peligrosamente en los terrenos del Pueblo Diminuto y tuvieron que superar duras pruebas para poder salir sanos y salvos.
Con su buen hacer, y con la ayuda de Hathi, Chill, Bagheera y Rama consiguieron escapar con éxito y llegaron hasta la Roca, donde ya les esperaba el resto de la Manada para comenzar la ceremonia de Acecho.
Fue una ceremonia muy bonita en la que nos conocimos todos un poquito más, además de entregarles a los nuevos Lobatos su camisa y su cuaderno de caza.
Pero toda celebración necesita una cena especial así que para acabar el día teníamos unos buenos perritos calientes esperándonos para ser devorados.
Ya el domingo, conocimos un poco más nuestro cuaderno de Caza y algunas canciones y realizamos un jugo relacionado con lo aprendido de orientación el sábado.
Ya sólo nos quedaba recoger la casa y esperar a a que nuestros padres vinieran a comer con nosotros.
Nos lo pasamos tan bien que contamos los días para el campamento de Navidad.