Normalmente se atribuye al voluntariado aspectos motivacionales tales como la solidaridad, el altruismo, la colaboración social, etc.
Dicho en otras palabras: cuando un voluntario se acerca a una entidad -en nuestro caso un grupo scout- lo hace por algún motivo.
Se dice que los trabajadores -o nosotros mismos, cuando somos «trabajadores» y no «voluntarios»- son distintos porque el dinero es uno de los principales elementos motivadores.
Sin embargo, sabemos que hay otros aspectos que nos interesan.
El reconocimiento, la realización personal o el sentimiento de pertenecer a un grupo son algunos de los aspectos que tenemos activados.
Abraham Maslow, creador de la pirámide de jerarquía de necesidades, situaba en el punto más alto de la pirámide la moralidad, creatividad, respeto, resolución de problemas, autorreconocimiento y éxito.
Estos son, pues, algunos de los aspectos que tenemos que cuidar más en nuestro grupo scout para estar más satisfechos y cómodos con nuestra labor:
- Moralidad: imprescindible creer en lo que hacemos y con quien lo hacemos.
- Creatividad: tenemos que sentirnos libres para aportar, dar ideas y opinar sobre lo que hacemos.
- Respeto: tenemos que ser conscientes de por qué estamos aquí y respetar el trabajo que aporta cada uno.
- Resolución de problemas: cuando surjan conflictos habrá que resolverlos lo antes posible para evitar que disminuya nuestra motivación.
- Autorreconocimiento: tenemos que interiorizar que el trabajo que estamos haciendo es importante, necesario y valorado, no sólo por los demás, sino también por nosotros mismos.
- Éxito: es bueno compartir los logros con todos, pues todos hemos participado en conseguir nuestro objetivo.
Vía Xarxanet.org