Los ‘eskaut’ están preparados para vivir toda clase de aventuras e infortunios. De hecho, han sido entrenados para encarar los peligros que entraña la naturaleza.

Las duras excursiones por el monte y las acampadas al aire libre forman parte de su rutina semanal. Por ello, no hay tormenta de verano que mine el ánimo de este colectivo.

Y ese fue el caso de una cuadrilla compuesta por 87 chavales, de 10 a 18 años, comandados por una docena de monitores de las asociaciones Lurgazte de Ortuella y Goizale de Muskiz.

Un grupo de campistas que fue sorprendido por una fuerte granizada la noche del viernes mientras se encontraba instalado en un prado de la localidad alavesa de Bitoriano.

Lo habitual cuando llueve mucho y hay relámpagos es buscar refugio en un lugar cubierto.

Por este motivo, los miembros de Goizale y Lurgazte llamaron a SOS Deiak con el fin de trasladar a los niños hasta el frontón municipal de Murgia, situado a unos dos kilómetros de distancia, según explicó Asier Rodríguez, uno de los responsables del camping.

A pesar de lo aparatoso de la situación, no hubo ningún lesionado entre los ‘eskaut’, que estuvieron esperando tranquilamente la llegada de los refuerzos en los «barracones» del campamento base. «Nos metimos en las tiendas grandes para no mojarnos y preparamos sopa para los chavales, que incluso pasaron calor al estar ahí todos juntos», destacó Rodríguez.

A continuación, los menores, entre 10 y 13 años, fueron evacuados en dos furgonetas de la Ertaintza, mientras que los demás se movilizaron a pie aprovechando un respiro que les dio la climatología.

Una vez llegados al núcleo urbano principal de la cuadrilla de Zuia con todas sus pertenencias, echaron mano de su comida para cenar «lomo y unos bocatas». Allí, además, recibieron la visita del alcalde del pueblo, Unai Gutiérrez. «Todos estaban bien y no corrieron peligro en ningún momento», resumió.

Llamada a las familias

Los críos, por su parte, amanecieron ayer divertidos por el interés que había despertado su periplo en la prensa.

Entretanto, los monitores aprovecharon para llamar a las familias y explicarles que permanecerían una noche más en el frontón, debido a otra alerta por precipitaciones.

El campamento finalizó ayer y los padres celebraron el día de ‘Gurasoak’ con sus hijos en Álava antes de regresar a Bizkaia. «Habrá lágrimas de alegría», adelantó, visiblemente emocionada, una de las madres.

Vía El Correo