Siendo muy, muy pequeños, nos han abrazado cuando hemos echado de menos el calor, amor y confort de nuestros padres.

Allí han estado para salvarnos de los horrorosos monstruos que todos sabemos que viven fuera de la tienda y que salen todas las noches, especialmente si hay Lobatos acampando por allí.

Se han tirado por el suelo y lo han dado todo para jugar con nosotros al bote-bote, pilla pilla o cualquiera que sea el juego al que se nos antojó jugar.

Nos han aguantado cambios de humor repentinos y tonterías insoportables típicas de según que edades y nos han animado a llevar a cabo empresas y proyectos, aunque desde el principio sabían que eran imposibles de alcanzar.

Nunca les ha importado pasar una noche en vela para escucharnos y darnos sus mejores consejos.

 

¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes de tu responsable?

¿Cuál fue su mejor consejo?

¿Qué es aquello que nunca olvidarás?

¿Qué estarías dispuesto a hacer por tus chavales?