El sábado pasado celebramos el aniversario del nacimiento de Baden Powell.
¡Su 106 cumpleaños ya!
Para tan señalada ocasión, quisimos prepararle una celebración especial.
¡Y vaya si lo fue!
No faltó nadie. Acudió hasta la propia reina de Inglaterra que, en agradecimiento a su gran trayectoria, le nombró general de su ejército.
Pero la reina se interesó mucho por la labor educativa que Baden Powell está desarrollando con los Scouts.
Por eso le animó a abandonar el ejército y a volcarse en esa labor con los jóvenes.
Y, para facilitarle esa tarea, le concedió hacer un campamento en la Isla de Brownsea.
Tras superar unas duras pruebas, tuvimos la suerte de ser elegidos para participar en ese primer campamento Scout de la historia.
¡Cuánto honor!
Pero las sorpresas no acababan ahí.
Cuando estábamos con Baden Powell inaugurando el campamento apareció McClaren, el líder del más importante clan escocés.
McClaren también se había mostrado muy interesado en la labor de Baden Powell y estaba decidido a cederle unos terrenos suyos en Gillwell para que se convirtiera en el centro de la expansión del Escultismo por todo el mundo.
Sin embargo, antes de hacer efectiva esa cesión, McClaren pidió que demostráramos que se los estaba cediendo al verdadero Baden Powell y no al alguien que se estuviera haciendo pasar por él.
Así que todas las ramas dedicamos el resto de la mañana a recopilar datos acerca de la vida de BP.
Tras comer todos juntos, Baden Powell clausuró oficialmente el campamento de Brownsea.
En esa ceremonia, le relatamos a McClaren todos los datos que habíamos reunido acerca de Baden Powell.
McClaren quedó convencido y le cedió sus tierras en Gillwell.
En agradecimiento, BP colocó un trozo de su tartán en su pañoleta, junto con el cordón de cuero y las cuentas del collar de Dinizulú.
A partir de ese momento, esa pañoleta se llamaría pañoleta Gillwell.
Una vez celebradas todas estas buenas noticias, bajamos todos al parque de BP para continuar la celebración con el resto de los grupos scout de Burgos.
